[dropcap]N[/dropcap]o cabe duda que la era industrializada nos gobierna.
La demanda de mejores productos a bajos costos y en volúmenes inmensos ha hecho que las grandes fábricas sean casi la única manera que tenemos de concebir que se produzca algo de buena calidad. “¡Somos tantos” y necesitamos tanto!” – nos decimos – “¡no podemos bajar la velocidad!”.
Esta manera de producir también nos ha cambiado en muchos aspectos: nos ha hecho impacientes, desperdiciados, desnutridos y pobres en recursos naturales. Pero estamos cayendo en la cuenta de que la producción en serie no siempre es la mejor opción…. Cuando menos para algunas cosas.
Viendo todo este panorama desde afuera creo que lo mismo nos ha ocurrido en el ámbito de la educación. Hoy hay escuelas de todas las texturas, filosofías y costos pero prácticamente todas ellas dedicadas a “producir” personas preparadas para trabajar, y colaborar con su mundo. El haber pensado que la educación era sinónimo de escolarización y que el aprendizaje era sinónimo de matricula escolar ha hecho de nuestras ciudades lugares con una oferta escolar muy grande. Los padres de hoy buscan sitios de renombre, con enormes áreas verdes, hermosas instalaciones y maestros especializados para que se hagan cargo de sus hijos. Todas las mañanas millones de niños y niñas salen de sus casas llevados por sus padres o algún tutor congestionando las calles principales de las grandes urbes prácticamente a la misma hora y los mismos días de la semana. Los niños son ingresados a un centro escolar en donde todos comienzan su aventura académica a la misma edad, con la misma ropa que todos, los mismos costos económicos y sociales que todos y los mismos requerimientos de madurez psicomotriz y emocional que todos, esperando también que TODOS ellos obtengan los mismos resultados al final de la jornada. Todos estos niños y jóvenes deben cumplir con el estándar mínimo en tiempo y en forma para poder avanzar al siguiente nivel y luego al siguiente….¡y así por muchos años!… para que al final obtengan por fin un certificado que les facilite conseguir un empleo regular donde deban otra vez empezar desde abajo a aprender lo que la escuela no les pudo enseñar por falta de tiempo -pues sólo se apropió de aproximadamente 18 años de sus tiernas vidas- porque el mundo laboral y la vida real no se parecen en casi nada a lo que aprendieron en la escuela.
Nuestra mente industrializada está tan acostumbrada a estos procesos que no podemos concebir éxito sin logísticas parecidas a las de una fabrica. Sin darnos cuenta vemos a nuestros jóvenes el día de su graduación como un producto terminado exitosamente después de haber pasado años sometido a los mejores controles de calidad y de estandarización.
No se puede de otra manera… ¿o si?… ¡cómo podría ser de otra manera y conseguir buenos resultados!
Algunos de los artículos más costosos y apreciados por la gente son hechos a mano. Autos de lujo, relojes de alta precisión, ropa, joyas, dibujos y cosas como esas han sido hechas por la intervención de un par de manos que han recibido un material nuevo, virgen, puro y lo han convertido en verdaderas muestras de belleza, utilidad y regocijo para quien las ve o las usa. ¿Podría pasar lo mismo con la educación?
Hace ya algún tiempo me puse a pensar -… ¿Cuántas personas intervienen en la crianza de un solo niño? ¿Quién decide lo que aprende y a qué velocidad? Y si cambiáramos el orden de los contenidos… ¿qué pasaría? ¿Cuántas semillas de ideas distintas son sembradas en sus mentes y corazones durante los años más fértiles de su vida? ¿Cuántas intervenciones? ¿Cuántos manejos distintos? ¡Cuántos …….!
Probablemente podrás estar pensando…”¡que bien! ¡Es así como debería crecer un niño! , aprendiendo lo que es propio de su edad, oyendo muchas voces e ideas, siendo bombardeado de información y contenidos.” Pero yo pienso que no… pienso que eso estaría bien si buscara resultados de un proceso hecho en serie, estandarizado, siempre dentro de la norma… regular… con fecha de caducidad, es decir, con ideas y aportes que se hacen obsoletos cada cierto tiempo porque sólo sirven para cierta época o ciertas situaciones o cierta moda, sin capacidad para adaptarse y cooperar con más.
Hace algunos días el secretario de educación Pública de mi país les hizo un llamado a los empresarios para colaborar en la elaboración de los planes de estudio de nuestros jóvenes. ¿Serán los empresarios más destacados de un país los indicados para hacer este trabajo? ¿El plan de estudios de nuestras universidades debería estar estructurado en función del florecimiento económico del país o en función del florecimiento de las personas que forman ese país? ¿Será que nacimos para formar parte de una cadena productiva? ¿Será que somos sólo un recurso mas para las grandes compañías?
Yo creo que no…
De hecho creo que las industrias, los servicios y las empresas en general deben establecerse en función al bienestar humano y no al revés. El departamento de “Recursos humanos” de las empresas debería desaparecer porque los humanos no somos ningún recurso, somos la RAZÓN de la empresa, no un recurso de ella.
Creo que la educación debe estar fundamentada en la búsqueda e implementación de contenidos y técnicas que permitan a los niños y jóvenes obtener todo el acervo cultural, académico y de sabiduría de nuestros antepasados para que florezca en sus propias vidas y produzca más vida y entonces, después de esto, también producirá buen sustento económico como una consecuencia natural al proceso no como el objetivo principal.
Entendí que para lograr esto entonces debería criar y educar a mis hijos fuera de los procesos industrializados de mi época. Entendí que debía criarlos “a mano”… fuera del sistema. Sin procesos estandarizados creados por alguien ajeno a mis objetivos y necesidades. Sin controles de calidad deshumanizados y obsoletos. Sin horas perdidas llenas de traslados inútiles y contenidos huecos. “A mano” significa una obra de dedicación constante, minuciosa, detallada y a largo plazo en casa, sin escuela. “A mano” es una labor en donde mi esposo y yo buscamos las mejores herramientas, las de más precisión y las más útiles, para producir los mejores resultados. Un modo particular para cada hijo donde descubrimos juntos la mejor manera de tener aprendizajes significativos. Encontramos gente con grandes ideas, recursos valiosos y tecnologías viables y lo juntamos con valentía y decisión de nuestra parte para aportar al mundo entero hijos con características muy especiales y bien planeadas desde el principio. Características que consideramos útiles para aportar a un entorno difícil, con capacidad de mejorar lo mejorable y disfrutar lo disfrutable. Características que les permitan mantenerse en pie en momentos de sacudida, sanos en momentos de angustia y propositivos en momentos de amargura.
Para lograr todo esto no ha habido una mejor y más eficaz manera de hacerlo que “a mano”. Y no ha sido falta de confianza en los demás, más bien ha sido total confianza en nosotros mismos para hacer un buen trabajo.
¿Ha sido fácil?… ¡Claro que no! Y aquel que diga que lo es no sabe las profundidades de esta labor, pero ¿ha sido ésta una buena decisión?…. LA MEJOR…
Criar, educar y formar hijos “a mano”, es decir, no industrializados, no homogeneizados, no estandarizados por el sistema escolar es una forma de vida que prácticamente te garantiza una relación estrecha y duradera con los tuyos, constantes reformas internas, salud y mucho bien para ti y tu entorno.
Criar hijos “a mano” se ha llevado ya muchos años de mi vida pero ha sido una inversión de mi tiempo mucho más productiva e impactante que la labor que hubiera podido hacer en la empresa más lucrativa de mi país engrosando su departamento de “Recursos humanos”.
Aplausos!!!! Qué maravillosa reflexión☺️ Siempre me
Motivan tus palabras llenas de experiencia. Gracias por darte el tiempo de compartir esto con nosotros que estamos comenzando este camino.
Gracias Fabiola…. Un abrazo.
Que linda palabra vista desde tu optica hech a mano expresa perfectamente la intencion de educar en casa con los valores, contacia y trabajo de todos y cada uno de los que conforman la familia.
Siempre es grato leerte y notar que no somos los unicos comprometidos con la labor de ser padres-educadores-guias- formadores de vida. Gracias
Gracias por tus palabras Esther. Un gran abrazo.
Gracias, Ceci.
¿Tienes programadas charlas en Guadalajara?
¡Saludos!
No por lo pronto. Acabo de tener una el mes pasado y todavía no tenemos fecha para la siguiente. Cuando tengamos fecha saldrá anunciada en Aprendizaje Orgánico de Facebook. Ahi pueden mantenerse informados. Saludos Víctor!
Gracias, Ceci. Estaremos al pendiente. Tenemos un bebé de 8 meses y quisiéramos ahondar más en estos temas lo más pronto posible.
Saludos de vuelta.
Que bien! Por lo pronto disfrútenlo mucho y pronto sabrán de nuevas fechas. Un abrazo.