Como todo padre responsable y amoroso con sus hijos, mi esposo y yo tuvimos muchas conversaciones acerca de la escuela desde antes de tener a nuestra primer hija. Teníamos requisitos para una escuela ideal, pero teníamos también limitaciones económicas y de transporte.
Después de dialogar y buscar mucho, decidimos inscribir a nuestra hijita a preescolar en un pequeño poblado cerca de nuestra casa. Era una escuela federal. Todo estuvo muy bien. Era una linda escuelita con salones decorados y gente buena. Nos trataron con mucha calidez y amabilidad.
Pocos días después una querida amiga nos insistió que la escribiéramos a su kínder particular. Era un lugar hermoso, con juegos de jardín nuevos, coloridos y con planes de estudio saturados. Lo hicimos….
Esos 3 meses de escolarización, me hicieron preguntarme muchas cosas: ¿Por qué hay tanta diferencia entre una escuela y otra? ¿Por qué las visiones son tan distintas? ¿Cuál resulta mejor para lo que yo quiero formar? ¿Cuál es la manera correcta de educar a un niño? ¿Quién decide eso y por qué?
Llegué a la conclusión de que lo que en realidad quería, era encontrar una escuela así:
Una escuela que compartiera mi cosmovisión, mi entendimiento de Dios, la vida, la justicia, la paz y que tuviera la capacidad de transmitirlo a sus alumnos.
Una escuela con un maestro que amara aprender y amara provocar aprendizaje. Que estuviera dispuesto a invertir tiempo y creatividad para que sus alumnos tuvieran una vida llena de aprendizajes significativos. Que se dedicara, más que a dar lecciones escritas en un pizarrón, a sentarse con ellos para profundizar sobre temas de ciencias y artes descubriendo todo un universo de riqueza de datos, experiencias y sensaciones. Un maestro que no tuvieran miedo a cambiar de paradigmas y de investigar cuando no supieran algo. Un maestro que amara a sus alumnos y los sacara adelante a todos, sin importar las características particulares de cada uno.
Una escuela con pocos alumnos, para poder atenderlos de manera personal, sin presión de grupo, sin largas listas al comienzo de la clase, sin un número asignado a cada alumno, sin hacinamientos.
Una escuela con espacios juego-aprendizaje, limpios, seguros y entretenidos. Espacios lúdicos para conocer más y conocerse mejor también. Piezas para armar, masillas, pinturas y materiales diversos para inventar y pasar mucho tiempo.
Una escuela donde hubiera acceso a comida nutritiva, hecha al momento. Preparada en un lugar limpio y con alimentos de procedencia confiable. Donde se pudiera comer sin el peligro de que te tiren la comida con un balón o te la roben los más grandes. Donde comas sin prisas y la comida cumpla su función de darte fuerzas para mantenerte sano, además de saber deliciosa.
Una escuela donde los chicos tuvieran un laboratorio de cocina, que aprendieran a preparar su comida porque, después de todo, esa es una verdadera herramienta para la vida.
Una escuela con bajos costos, donde los buenos contenidos y dinámicas de estudio no fueran inalcanzables.
Una escuela que garantizara alta calidad de aprendizaje, sin esclavizar a los niños o robarles su infancia con arduas cargas de clases y tareas.
Una escuela que enseñara a pensar más que a memorizar, donde formaran pensamiento crítico propositivo y creativo.
Una escuela con un ambiente seguro, sin acoso ni maltratos.
Una escuela con materias conjugadas, donde se aprendiera matemáticas, español y ciencias en un sólo evento, sin separar la vida en materias.
Una escuela con acceso a computadoras y tecnologías digitales en buen estado, con libertad de navegar en la web y conocer gran parte del mundo y su riqueza a través de una pantalla.
Una escuela que organizara viajes de estudio, logrando aprendizajes en el mismo lugar de la acción y no encerrado en cuatro paredes, además de convivencia y recreación.
Una escuela donde se promoviera la verdadera socialización, en la riqueza de la convivencia con personas de todas las edades, situaciones económicas y lenguas.
Una escuela donde aprendieran el amor al trabajo y al emprendurismo, sin estar ligados al amor al dinero y la fama.
Una escuela donde el desarrollo del carácter interno, fuera más importante que las calificaciones y el avance al siguiente nivel escolar.
Una escuela comprometida con su comunidad, que aportara bien a su entorno con acciones prácticas de limpieza, servicio a los necesitados y producción de bienes.
Una escuela que descubriera las habilidades de mis hijos y lograra potencializarlas.
Una escuela donde la ciencia y el arte fueran parte de la vida cotidiana y no un evento especial.
y además de todo lo anterior…. Una escuela que estuviera cerca de mi casa, para no perder tanto tiempo y dinero en el transporte.
…me di cuenta que mi lista era demasiado larga y exigente.
Me di cuenta también que muchas instituciones educativas buscan lo mismo que yo, pero no lo logran porque forman parte de un sistema muy grande y complicado…
… sin embargo … frente a todo pronostico popular… ¡la encontré!
Si, encontré una escuela con TODAS las características que buscaba…
El lugar ideal para lograr todos mis planes y proyectos para la vida de mis hijos:
[content_band bg_color=”#ffba00″ border=”all”] [container] [custom_headline style=”margin: 0;” type=”center” level=”h4″ looks_like=”h3″ accent=”true”]Mi casa como base del aprendizaje y el mundo entero como salón de clases[/custom_headline] [/container] [/content_band]
Tal vez no tienes que seguir buscando, tal vez sólo tienes que voltear a ver lo que ya tienes y no te habías dado cuenta.
Tal vez la educación en casa sea la verdadera alternativa para la escuela de hoy…
Qué hermosa reflexión! Me encantó y llegó al corazón 💖
Me alegra mucho saber eso. Te mando un abrazo.
Si!
Amo aprender con mis hijos en casa! Todo se ha convertido en un aprendizaje continuo sin limites.
Para mis hijos y aun para mi es importante aprender el idioma donde vivimos, intente llevarlos a una clase donde dan tutoria pero el sistema es el mismo que llevan en las instituciones Aqui, enfocado en hacer incontables planas y repeticiones. No nos gusto, y pense en Que hemos avanzado tanto en un anio de hs, que no podemos conformarnos!
Seguiremos buscando alguien que pueda ensenarnos de una manera mas practica y por lo pronto haremos uso de la tecnologia para aprender!
Y lo comparto porque es tan importante saber lo Que queremos para nuestra familia y dar pasos para lograrlo!
Muchas gracias! Me enriquecen mucho tus articulos!
Que interesante lo que me cuentas Angélica! Una brazo desde aquí y mucho animo para perseguir sus ideales.
Bellísimo! Gracias! de Corazón
Gracias Karina! Un abrazo muy fuerte.
Una bella reflexión, cuando iniciamos en este camino en una de las varias entrevistas con asistentes que tu tuvimos le dije el día en que encuentres una escuela que cumpla con todos estos requisitos soy la primera en la fila anotando a mis hijas, y le detalle lo que buscaba, me dijo que era una utopía, pero claramente estaba equivocada ! nosotros ya lo tenemos.
…cierto Alejandra… Y creo que una de las grandes riquezas de este estilo de vida es que los grandes cambios, los cambios verdaderos y profundos siempre empiezan de adentro para afuera. Responsabilizarnos de nuestros hijos es el principio de un gran cambio.
Ceci que interesante y motivador tu Bloc muchas felicidades por lo que has logrado y gracias por lo que compartes
Muchas gracias… la intención solo es ser de utilidad!!!….
Gracias por compartir tu experiencia. Me encanta lo digeribles y acertados que son tus artículos, ¡100% orgánicos!
Felicidades Ceci por la labor que haces.
Saludos
Ahhhh, eso me encanto!!! 100% orgánicos!!!! Jajajaja… Muchas gracias Nena. Un abrazo.
En verdad conmovedor, eso es lo que anhelo para mis hijos,que sensación tan inmensa de libertad, de creer que somos capaces de lograr ayudar a nuestros hijos a desarrollar su verdadero potencial….Mil gracias
Una brazo Liliana y …. A darle … Hay mucho por hacer. 🙂
Hola Cecilia, realmente me das mucho ánimo en este proceso que estoy comenzando con mi hija. Muchas gracias.
Me alegra sabe eso Liliana, ¡esa es la intención!
Me encanto Cecy!!! esta hermoso!! los ojos se me llenaron de lagrimas!!! GRACIAS!
Un abrazo Moni ¡sigan adelante!